Derecho y Abogacía
En un primer enfoque, el primero es la ciencia abstracta y el segundo la aplicación práctica de esa ciencia. El derecho se conoce, estudia y aprende en las aulas universitarias y desde esa óptica, el estudiante construye un mundo de verdad y justicia.
Las primeras prácticas en las cortes y demás dependencias de procesos varios y trámites van situando al novel abogado o al pasante en un mundo diferente al de las aulas universitarias.
La Universidad como Alma Mater cuida y protege al educando; la abogacía le abre camino entre la selva de dificultades propias del sistema y lo prepara para el enfrentamiento contra la hidra de la corrupción.
El problema de adaptación empieza porque creemos que la teoría y la práctica están totalmente distanciadas , desconectadas la una de la otra, causando el abandono de la teoría .
Dos verdades, o mejor dicho, dos situaciones sobre una sola verdad, cara y sello de la misma moneda, Juno y Jano los dioses romanos de las dos caras de la puerta.
Resignamos nuestro intelecto a las limitaciones surgidas por necesidad económica y nos dedicamos de lleno a la práctica.
En la práctica se empieza a comprender que la relatividad es el denominador común. y que aquello escrito en las leyes, sabias lógicas y claras, depende de la habilidad del letrado o de los judiciales para torcer, cambiar, modificar e interpretar lo que creíamos inamovible.
La sociedad exige de nosotros el éxito inmediato y total lo que nos lleva a la negación de la competencia; cada caso es una guerra, los escritos y las audiencias son declaraciones bélicas. En ese ambiente la prepotencia, la violencia y el maquiavelismo hacen de las suyas, surge el homo homine lupus en toda su esplendor.
Pero, la realidad es otra.
Cada momento y cada parte de la teoría (derecho) así como de la práctica (abogacía) tienen su importancia y ambas forman parte de un todo sistémico y complejo.
Desde los primeros balbuceos de la abogacía en Roma en medio del Foro, el joven iniciado en el estudio de las Leyes Regias y luego de la Ley de las Doce Tablas aprende a manejar la teoría con la acción asignada a cada institución y utilizando las referencias de la Ley. Para el letrado romano teoría y practica, Derecho y abogacía son solamente las dos partes imprescindibles para reconstruir el todo.
Marco Tulio Cicerón representa momentos de gloria a favor de un advocatus que maneja magistralmente el derecho, las leyes y sus propias dotes de oratoria y teatralidad.
Queríamos iniciar esta Página con estas brevísimas reflexiones de lo que este Estudio Jurídico y su personal han ejercido, y aún persevera en ello, una línea de acción identificada con el Derecho, así con mayúsculas, y su consecuente tipo de acción profesional, como nuestra mejor carta de presentación. En lo que me concierne debo confesar que la proximidad y , porque no decirlo, la complicidad con todo lo que representa el derecho romano han formado indeleblemente mi visón del Derecho y mi apego a mi profesión de Abogado.